Ballad of a thin woman

Nublado, frío, solitario, oscuro, borroso, húmedo.. así se presenta el día, el día sin tí. Es monstruoso darse cuenta de como poco a poco, y cada vez más, se distorsiona la visión del "otro". Y por eso echo de menos esas tardes, esas sonrisas, esos.. ¿Qué te pasa? No te preocupes, todo saldrá bien, ya verás.. , esos momentos juntos. Momentos de.. sincera amistad, sin reparos ni miedos, sin esconder lo que en verdad es nuestra esencia. Ahora las tardes son solitarias, extrañas, sin esas sonrisas de complicidad y esas miradas que tan bien me hacían sentir. Y lo peor, es que, después de todo, haya imaginado y llevado a cabo mil formas de remediar esta distancia que cada vez se alarga más, y que aún así no cambia nada. Todo sigue su rumbo. La distancia nunca se volverá a acortar. Las miradas no se volverán a encontrar. Las vidas no se volverán a cruzar. Esos ojos no se volverán a contemplar recíprocamente. Y siento un vacío, una ilusión que se va resquebrajando, todo dentro de mí.. Aunque ante el doctor, eso no muestre ninguna dolencia. Odio tu indiferencia ante todo esto, o por lo menos lo que dejas ver por encima de tu piel. Odio ese rencor que escondes detrás de cada palabra que sueltas por la boca.. ese rencor injustificado. Todo me gusta de tí menos tú.
Y así serguirán los días, nublados, fríos, solitarios, oscuros, borrosos, húmedos... hasta que por fin consiga apartarte.


Andrea Dorantes