
Eres como la gota de un grifo mal cerrado. Cae, cae, cae, cae. Cae, silencio, cae, silencio, cae. A cada golpe contra la cerámica del lavabo, el dolor se intensifica. Cada gota es un golpe bajo. Siempre constante, nunca se va. Cada gota afianza más el dolor y el sentimiento, y siempre estás ahí para dar otro golpe más. Sin cansarte, sin abandonarme. Sin dejar de doler, siempre constante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario