Cómo me puede cautivar una personalidad...
Cuánto me puede enamorar- literalmente- una forma de mirar, de hacer, de hablar, de ser. Es la primera vez, pero no será la última...
Una impotencia, porque no, no existes. Sólo existe un titiritero que inventó tu marioneta, y una vez acabada la función, el telón se cierra. Y dejas de existir.
Sólo resides en el pensamiento de algunas personas, y- como todo el mundo sabe- en el pensamiento no hay ningún telón. Ahí es donde está la magia, en la capacidad de poder recrearte en mi cabeza cuando el espectáculo llega a su fin. De imaginarte en mil situaciones distintas, rutinarias, otras no tanto, cogiéndome de la mano o mirándome con esos ojos inocentes y preocupados.
De poder hacer resurgir tu imagen cuando yo lo desee.
Aunque en mi cabeza existas, nada es real.
Pero qué quiero, esto me pasa por enamorarme de un personaje de una serie de televisión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario