Perfecta,

Fui este domingo al concierto pro-Palestina de la organización Rumbo a Gaza, en la que encontré a diversos cantautores; a los que fui a ver expresamente, como Carlos Chaouen -extraordinario, como siempre- o los que no conocía, como Luis Ramiro -de él es el vídeo de arriba-. Fue como una semana, o un mes, de experiencias. Todas tan diferenciadas unas de otras, cada canción tan única y a la vez tan conjuntada con el resto.

Mientras me lamentaba por haber llegado tarde sin quererlo, sin darme cuenta; mientras lloraba de la impotencia que me embargaba realmente, de la rabia que me daba por a un fallo mío no poder ver a Chaouen de cerca  -ni de lejos, ya que si llegas tarde a la sala Heineken, o mides tres metros, o has pagado en vano-, empecé a escuchar por inercia lo que sonaba de fondo. Y descubrí esta canción, "Perfecta", de Luis Ramiro. Entonces las lágrimas de rabia se confundieron con las de éxtasis, de recreación. Véase, "Síndrome de Stendhal". Qué preciosidad. Después conocí a otros, como Marwan, que me calaron bastante hondo. Sin hablar de los conocidísimos Pedro Guerra o Ismael Serrano, se me ponían los pelos de punta al escuchar su "Papá, cuéntame otra vez".

Luego, busqué un lugar donde pudiese al menos ver un poco a quien cantase, y encontré un lugar estratégico como salido de la nada. Chaouen apareció y me entró la misma emoción que sentí al entrar en la habitación de Da Vinci en Francia o al escuchar la voz de Robe Iniesta en una entrevista radiofónica que hicimos. Pero el momento álgido fue cuando Luis Eduardo Aute cantó -y digo cantó porque no tocó ningún instrumento, se valió sólo de su voz y de la del público- "Al Alba". Creo que es la canción más bonita que he escuchado en directo. Fue de las mejores experiencias de mi vida, creo.

Así que, encima de ser por una buena causa, me quedé encandiladísima del mundo del cantautor.
Dejo este vídeo como simple muestra de lo que presencié.