Diario de bitácora
No creo que soporte más esta tormenta, el barco se balancea hasta casi volcarse, y no sé si seguiré con vida para poder escribir otro día. Mientras el papel de este diario se empapa y mis marineros se van muriendo uno a uno, escribo. Una carta de socorro o un testamento, no lo sé. No sé si ni siquiera me preocupa morir. Aunque la muerte es inminente, aunque me veo tentada, los capitanes no abandonan el barco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario