14/1/12

you just keep me hanging on

se va acercando el momento y cada segundo duele más, como un martillazo en el pecho, abriendo grieta a grieta la herida ya cicatrizada.
no queremos de hablar de ello, pero es algo que está ahí, en el aire. un veneno que vamos respirando y nos va emponzoñando, matándonos por dentro, empezando por el corazón y yendo hacia cada extremidad, para acabar matándonos también el cerebro, y convertirnos en no-muertos, en no-vivos. en seres que vagan y no piensan, caminan, leen, ven la televisión, comen, se cepillan los dientes, actúan como si estuviesen vivos pero lo cierto es que ningún ápice de emoción curva la línea de sus labios.
y pensar que el sufrimiento no sirve de nada, y que no hay ninguna recompensa porque al fin y al cabo nuestros bisnietos no sabrán ni cómo eramos, ni en qué trabajábamos, ni cuánto nos queríamos.

No hay comentarios: