Sin duda nada permanece, y pienso, ¿en qué hemos cambiado nosotros?
Al pensarlo, sí que hemos cambiado, sí que he cambiado lo que soy y lo que pienso sobre ti, en cómo te quiero y cómo siento las cosas cuando estás conmigo. Y más que cambiará, sin duda.
Pero pensándolo más, me gusta este cambio. Me gusta que seamos dos elementos aparentemente dependientes del azar y de la circunstancia, pero que en realidad cambiemos uno respecto del otro, como dos espirales que se enganchan en algún punto. De algún modo, nos determinamos. No sabría definirte. No sé en qué modo de querer debería clasificarte. Pero esa incertidumbre es lo que nos da vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario