8/4/12

Del ayer sólo quedan resquicios, sólo quedan los posos del café. Sólo me quedan tus marcas, invisibles para el resto, demasiado visibles para mí. Tus manías, tus gracias, tu obsesión por aquella simetría numérica y por la naturalidad. Estoy traumatizada por tu filosofía. En mi día a día sigo rigurosamente las pautas que me diste, aunque ya no estés. Es lo que me ha quedado de ti, esos rituales, esas manías. Tus costumbres ahora son las mías. Tus pensamientos también son ahora los míos. Soy, en parte, tú. Y ahora cada vez que me miro al espejo, sin adornos, sin estúpidos maquillajes, sin máscaras, cada vez que me miro a mí, solo te veo a ti.




(otro texto recuperado de 2009)

No hay comentarios: