11/7/12

Mientras el olor a cigarro melancólico sigue flotando en la casa. Un cigarro. Dos. Tres. Todo en cinco minutos. Mamá, ¿por qué fumas tantísimo, estando con nosotros? ¿No estás feliz de estar conmigo? ¿Por qué duermes siestas de cuatro horas? ¿Por qué no te quieres levantar de la cama? Papá, ¿por qué dices esas cosas tan feas de mamá? Ya te he dicho que no quiero que me lo cuentes a mí, joder.
-Mira qué gracioso, papá, te leo: De hecho, las dos primeras proposiciones no son estrictamente verdaderas en nuestro planeta. Pero nada les impide ser verdaderas en otro planeta, Marte o Júpiter, por ejemplo, y es probable que sus habitantes contrataran polluelos como institutrices de niños. Gozarían así de un singular privilegio desconocido en Inglaterra, a saber: el de poder, en un momento en que escaseen las provisio...
-Oye, ¿has fregado el suelo?
-...

¿Otro cigarro más, mamá? ¿En serio?

No hay comentarios: