Entre los árboles
ella encontró un símbolo.
Una calavera de animal, la muerte, ennegrecida
por el tiempo
La muerte brillaba como nácar
la muerte hecha de luz
la muerte bella, resplandeciente
Por ella brota la vida
por ella corre la savia
de sus células muertas se nutre el musgo que la recubre
de ella surge lo vivo, caracoles
corretean por su superficie
hallando en sus recovecos el hogar
Las dos caras del cráneo giran a velocidad de vértigo
ingrávidas, flotando en el espacio
La rueda gira,
es imparable
es letal
es magnánima.
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