4/2/15



(De la pulsera regalada por Karina allá en Chile, del pedazo de tierra que me llevé dentro, que llevo, siempre).

Un pedazo de Chile cuelga de mi muñeca.
Igual que la pulsera se aferra a mi extremidad, yo me aferro a esa tierra.
Nunca, nunca he dejado de usar ese brazalete que me regaló aquella amiga, allá en el sur. Y por qué. Para seguir perteneciendo, para sentir que una parte de ese lugar sigue junto a mí, que fue real esa tregua que dividió el tiempo en dos y me dio un hueco para respirar. Para que sepa que aunque no haya plata ni para el avión ni para imaginar ni para absolutamente nada, algo, alguien, álguienes siguen esperándome en esa tierra, donde cada vez siento los pies más hundidos.


1 comentario:

Sabela Eiriz dijo...

esa tregua que dividió el tiempo en dos y me dio un hueco para respirar

uau