26/4/11
¿No os da la impresión de que todo visto desde la ventana de un autobús, parece que fuese una película?
Algo efímero, y que aunque no nos guste, da igual porque pronto el autobús seguirá adelante, y eso se perderá en el camino.
Se para el autbús en un semáforo. Veo por la ventana a una chica sentada en la parada. Lee un libro, de Cortázar, Final de juego. Cierra el libro lentamente y agacha la cabeza, sujetándosela con las manos. El pelo le oculta la cara. Empieza a convulsionarse, está llorando. Además, con fuerza, su pecho sube y baja profunda y rápidamente. Quizá llore por algo que ha leído. O porque lo que ha leído le ha recordado a algo que la hace sufrir. O quizá ha cesado de intentar distraerse con la lectura de lo que realmente la atormenta. Y por fin se ha abandonado a su dolor. Parece sufrir mucho. Se destapa la cara, se seca las lágrimas. Ya no le importa que la vean llorar. Mira por un segundo al vacío y entonces saca un bolígrafo y una libreta. Comienza a escribir algo.
Algo sobre la sensación que le viene a uno cuando va en el autobús y mira por la ventana, como si todo lo que ve perteneciese a una película.
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