Debí darme cuenta antes. Debí suponer que esto podría conmigo.
Debí imaginar que la distancia me mataría poco a poco, como las esposas matan a sus maridos suministrándole la dosis diaria de veneno en el café.
Eso es. Un veneno que poco a poco me pudre por dentro, me seca y me deja vacía. Y me mata por dentro y por fuera.
Ya es demasiado tarde para que el policía detenga a la homicida.
Se ha perpetrado un crimen.
1 comentario:
No tiene por qué poder contigo si tú no quieres que pueda. A veces la distancia sólo son un puñado de números delante de la palabra 'kilómetros', pues los corazones permanecen unido estén dondequiera que estén.
♥
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