Lo
mío:
Me
gusta leer en voz alta. Me sé Historia
del ojo de
memoria, prácticamente, pero qué carajo, sostener el libro es
genial. Vas sintiendo las manos cada vez más pesadas según te
acercas al momento en que ya es hora de dejarlo. No es fetichismo,
vamos, que no es que no sea capaz de vivir sin esto. Sólo que me
gusta mucho. Las palabras te llenan como si fueran agua y te llegan
hasta lo más profundo, igual que un cirujano. Y a nadie le gusta
tanto como a Andrea. Sin nada más que Bataille entre los dos,
imagino nuestras mentes solapándose como la intersección de un
diafragma de Venn. Si la escogiera detenidamente, con una sola frase
podría calar a Andrea, pero eso arruinaría la imagen de ella que
prefiero: un misterio cambiante que baila y resuena como un montón
de cristal, devastadora. Es mi Simone, o podría serlo. Cuando no
está por ahí con el puto Will de los cojones, claro.
Aquí
todo es mejor, Justin
Taylor.
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