como una sábana
mis pasos se oyen
de lejos
donde no hay nada
nada me acompaña
nada necesito.
Una alfombra que cruje
me da la bienvenida al bosque,
a ese templo
de raíces y troncos
Sus arcos son de ramas
se curvan
debido al peso de la devoción
Me acoge en su seno húmedo
dejando que penetre
en su Camino de culto
a la Tierra.
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