Pies sobre el asfalto
desnuda
cierro los ojos
siento el látigo
como un relámpago
que recorre con dolor eléctrico mi espina dorsal
me dueles con la intensidad de una noche
de otoño
sobre un abrazo rojo
me dueles como si despertaras
dentro de mí el león
y luego lo enjaulases con un silencio
me dueles como una nana infantil
que se cuela en mi oído de noche
y en la mañana,
cruel,
desaparece.
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