Como si hubiese despertado de un largo letargo, observo que todo es cambio a mi alrededor: unos se van -algunos para siempre, otros a largo o corto plazo, unos a otro país y otros a otra vida- unos que vienen, unos que se quedan y otros que sólo están de paso. Unido a todo ese movimiento hay una especie de sentimiento triste que suena como una melodía de blues, a modo de banda sonora original de La Vida. Y las lágrimas, quieras o no, ahí están. Dentro o fuera, ahí están, esperando el momento. Este invierno ha sido el más triste de todos, ¿o quizá soy yo? Las bufandas largas, las hojas secas, el frío que da dolor de cabeza y el Sol que se pone demasiado pronto. No se puede competir contra la soledad general, estés realmente solo o no. De momento, esperemos a que llegue la primavera.
24/1/11
Invierno a largo plazo.
Como si hubiese despertado de un largo letargo, observo que todo es cambio a mi alrededor: unos se van -algunos para siempre, otros a largo o corto plazo, unos a otro país y otros a otra vida- unos que vienen, unos que se quedan y otros que sólo están de paso. Unido a todo ese movimiento hay una especie de sentimiento triste que suena como una melodía de blues, a modo de banda sonora original de La Vida. Y las lágrimas, quieras o no, ahí están. Dentro o fuera, ahí están, esperando el momento. Este invierno ha sido el más triste de todos, ¿o quizá soy yo? Las bufandas largas, las hojas secas, el frío que da dolor de cabeza y el Sol que se pone demasiado pronto. No se puede competir contra la soledad general, estés realmente solo o no. De momento, esperemos a que llegue la primavera.
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1 comentario:
creo que basta con esperar a que llegue el sol.
ese sol de rayos menos oblícuos y más verticales que calienta el cuerpo y el alma.
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